Artículo 1 | LA MISIÓN ESPACIAL

Me he decidido a presentarles esta misión tal como me la contaron en uno de mis viajes extracorpóreos.

Una noche, hace ya varios años, mientras mi cuerpo dormía, mi yo astral viajaba a otro mundo material, en otro, en otro sistema solar. De pronto todavía rodeado de una oscuridad total, una brutal sacudida, debida a la fuerza centrífuga a causa de la maniobra de entrada en la atmósfera del planeta me empujó con fuerza contra la pared lateral de la nave, casi al mismo tiempo la luz llenó la cabina, estábamos llegando. La fuerte luz inicial debida al frotamiento de los escudos térmicos con la atmósfera iba disminuyendo cambiando los tonos rojizo- amarillento por unos acogedores azul celeste como los de nuestra tierra. Pudimos ver algunas nubes entre el cielo azul pero solo por corto tiempo, unas horribles vallas metálicas, grises, y opacas nos ocultaron la paradisíaca visión. Entramos en un túnel bajo tierra, y un brutal frenazo dió por finalizada la entrada.

El hangar subterráneo estaba bien iluminado y la gente corría de aquí para allá cumpliendo aparentemente tareas ordenadas previamente con meticulosa previsión, estaba observando todo esto desde la minúscula ventanita de la nave cuando nos invitaron a descender.

Después de las palabras de bienvenida, las recomendaciones: está prohibido salir al exterior, no insistan en ello.

Un grupo se nos acercó y nos invitó a seguirles, era nuestro grupo de acogida y guía.

El portavoz espetó:

La parte de ustedes que está realmente aquí es la energética, su parte astral, su cuerpo material se encuentra descansando en sus casas, aquí ahora visten una especie de envoltura física que les permite sentir los estímulos físicos y biológicos como si en realidad su todo yo estuviera aquí, No se preocupen, si su cuerpo despertase ahora mismo, en el mismo instante, ustedes regresarían con él, instantáneamente, ello es posible gracias a la dualidad del tiempo. Pero déjenme explicarles lo que queremos decirles, antes que sus cuerpos despierten y esta ventana se cierre.

Nosotros al igual que ustedes no somos de este planeta, nosotros hemos venido con una misión muy concreta, que ahora les explicaremos, y nos quedaremos aquí por siempre jamás una vez cumplida, ustedes en cambio regresarán y contarán lo que han visto y oído cuando sea su momento.

Continuó: la nave nodriza que nos trajo partió hace una infinidad de tiempo de un planeta lejano, hoy probablemente desaparecido junto con el sistema solar al que perteneció, visitando en su viaje un número finito, muy pequeño, de planetas habitables, apenas 7 u 8, entre los que se encuentran los suyos, y aún ahora prosigue su viaje por el espacio escrutando nuevos mundos, que como éste, habrá que colonizar.

Nuestra nave y su tripulación partieron, en un viaje sin retorno por el universo, con una misión muy simple pero no por ello exenta de dificultades técnicas y humanas, buscar planetas capaces de albergar vida inteligente y colonizarlos. Equipada con sensores y equipos adecuados explora el universo, escrutando las estrellas y galaxias buscando planetas rocosos de características determinadas (tamaño, temperatura, atmósfera, distancia a su sol, y otras sensiblemente iguales al las del planeta base) pues solo estos pueden albergar vida como nosotros la concebimos, a nuestra imagen y semejanza. Cuando uno de ellos es detectado la nave envía la información a la base para que futuras misiones puedan llegar a ellos y completar, si cabe, la misión. Inmediatamente el ordenador de abordo prepara el desembarco.

Con suficiente tiempo de antelación la tripulación de la nave es despertada de su letargo y empieza a planificar la misión, la primera fase de la misión es preparar la nave y la tripulación de desembarco.

A parte de la tripulación “in vivo”, inicialmente constituida por 250 técnicos y científicos cualificados, seleccionados para trabajar y vivir en el espacio, los cuales una vez embarcados ya nunca jamás regresaran a sus casa, viaja la tripulación en “estado embrionario”. Esta importantísima parte de la tripulación esta constituida por millones de embriones humanos congelados procedentes de operaciones de fecundación artificial sobrantes, desechados, donados expresamente. Esta parte de la tripulación es la destinada a reemplazar la tripulación “in vivo” cuando el envejecimiento de la misma así lo aconseje y para formar las tripulaciones, que forzosamente deberán ser jóvenes, para colonizar los planetas detectados.
La tripulación “in vivo” se renueva en función de un plan previo establecido al diseñar la misión en tierra, comprende los periodos de trabajo y de hibernación de la tripulación viva, el número de embriones a despertar y cuando despertarlos, y su formación.
La tripulación que formará el equipo colonizador se prepara una vez que se ha detectado un planeta despertando nuevos " embriones ", esto se hará con tiempo suficiente que la tripulación pueda crecer y formarse adecuadamente y para que al llegar a la distancia adecuada pueda lanzarse una nave de aterrizaje. A partir de este momento la tripulación quedará sola en el planeta con una misión previamente establecida. Por su parte la nave ya habrá enviado los datos al planeta base y eventualmente mantendrá el contacto por radio con otras naves y con el equipo colonizador mientras pueda. Por eso nosotros estamos aquí, continua diciendo el portavoz de nuestro grupo.................................

El despertador está sonando, son las siete de la mañana. Mientras conduzco hasta el trabajo me pregunto:

¿ Tenemos ahora suficiente tecnología para programar una misión así ?

Quizás ahora mismo no pero: ¿y en un futuro no muy lejano ?

Si nosotros podemos: ¿es posible que otros lo hayan hecho antes ?

¿Aquí en la tierra?

Un saludo y buena suerte,

M. Patanou